Nunca me ha gustado la primavera, ni el verano. Hace un calor insoportable, hay alergias ambientales, mosquitos y demás bichos... y en lo que respecta a los gatunos, huelga decir que en invierno con todos sus pelazos están más guapos que en verano... ;-)
...pues añado una causa más: Foliculitis.
El sábado pasado, Janji apareció con una vistosa herida en el cuello. No era muy grave, un puntito de herida y eso sí, un agujero sin pelo a su alrededor.

En un primer momento pensé que sería porque se habría rozado contra algo jugando; no es muy raro pensarlo cuando he visto a Jan correr por el pasillo, resbalarse con sus pelitos interdigitales y estamparse contra muebles y esquinas. Pero poco a poco, me fui mosqueando y el lunes lo llevé al veterinario. ¿Su diagnóstico? Foliculitis.
Al parecer es algo MUUUUY COMÚN entre gatos y perros en esta época del año, en primavera. No es una enfermedad infecciosa, ni grave, ni nada por el estilo, y consiste en una inflamación en el folículo que hace que les pique y ellos al rascarse compulsivamente se hacen heridas. Me dio una pomada y me dijo que regresara hoy viernes a echarle un ojo.
Ayer jueves, con ayuda de la pomada, la herida ya había desaparecido por completo. El vete me dijo hoy que le había curado perfecto, algo normal tratándose de una simple foliculitis. Eso sí, ¡Asquerosa primavera...!